TRISTEZA
- Jimena Aguilera
- 26 may 2016
- 2 Min. de lectura
Tristeza, todo la hemos experimentado, y muy seguramente lo seguiremos haciendo por el transcurso de nuestras vidas, sin embargo, ¿la aceptamos y vivimos como se debe?
La palabra “Triste” viene del latín tristis, se dice a su vez que ésta deriva del lituano “nublado” y el anglo-sajón “oscuridad” y “melancolía”. Y éstas son algunas de las palabras con las que se puede ejemplificar el cómo se siente la tristeza.
La tristeza es uno de los sentimientos básicos que posee el ser humano y que así deriva en muchos otros como la pena, el dolor, la miseria, el sufrimiento, el disgusto, la inseguridad, etc. Y mientras todos estos parecen completamente negativos y poco satisfactorios o placenteros, son necesarios en todo ser humano y tiene una función que cumplir al igual que todo sentimiento. Ésta puede llegar por factores que la detonan, desde muy impactantes, como la muerte de un ser querido, una noticia desagradable, o por cosas más simples que también pueden afectar a la persona y causarle sentirse triste, como noticias de guerra, pequeños actos que los hacen sentir inseguros. Así como también puede presentarse sin razón aparente.
La tristeza, en contraste con las otras emociones principales, nos permite un momento de cierta calma y silencio, ésta se caracteriza por hacer ver a las personas como apagadas. Estos momentos también son necesarios, propician la reflexión profunda del yo, y usualmente se sale de este sentimiento al proponerse algo que nos impulsa a seguir.
Debemos aprender a aceptar la tristeza, primero a nivel personal, siendo capaces de admitir que estamos tristes, y a nivel social, al poder decir “estoy triste” y que no halla reacciones de los otros que quieran negarlo o impedir que vivas tu tristeza.
La tristeza puede sentirse como un abatimiento, un cansancio interno, un peso en el pecho, como frío, en fin, de muchas maneras, y debes conocer cuáles son las tuyas.
La próxima vez que estés triste, intenta darte ese momento, expresarlo con palabras, acciones, arte, lágrimas, etcétera. En cuanto aprendas a vivir tu tristeza, ésta dejará de ser un peso y aprenderás a agradecerla.

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